La socorrista

Tengo muchas anécdotas de citas extrañas, pero en esta ocasión temí por mi himen más que nunca.

Después de haber vivido situaciones tan terribles como las del «Guisante pinchado en la patata», seguí quedando a ciegas con la gente porque NO-APRENDO. Y qué coño, soy una puta temeraria del amor.

Corría el verano de mis tiernos 20, y estaba liada en plan rollito guay con una chica con la que ya no recuerdo por qué, pero justo antes de la feria de Málaga, me montó un súper pollo (por alguna putada que yo le haría seguramente) pero el caso es que yo me indigné (aunque tuviera yo la culpa, sí) y la mandé a la mierda, quedándome SOLA porque todo el mundo se puso de su parte. (Insertar gitana de guasap aquí)

Pero vamos, yo no estaba preocupada por eso. Yo estaba preocupada porque era la feria de Málaga, y joder, yo NECESITABA zorrear en esa feria CELESTIAL para las bolleras. Tenía 20 años y un culo estupendo, lo único que me importaba era bailar fandangos moviéndolo por todas las casetas y que acabaran azotándomelo en algún baño portátil con las bragas por los tobillos. OK.

La cosa es que necesitaba una solución de emergencia. Y, ¿qué mejor que el chat de Chueca para solucionar nuestros problemas? No sé cómo solucionaríais vosotros las cosas, pero yo así.

Acabo hablando con una tía de Málaga que me dice que jaja jiji pues vente jaja que estoy sola en casa vivo en un chalet jaja vente, y tal, guay, feria jeje juju.

Me cuenta que es socorrista. Y claro, yo me imaginé a Pamela corriendo por la playa con todas las tetas moviéndose al ritmo de las olas del mar y yo quería ser su Mitch Bucanan.

Quería restregarle todos los prismáticos por OK.

SOCORRISTA. BUAH. ME VOY Y ME LA FOLLO. Fin. Ese fue el raciocinio del que hice alarde. Mi cerebro lleno de sangre entre las piernas.

El resto, que era una jodida iletrada y no sabía hacer la O con un canuto me daba igual. Socorrista. Tetas. Lo demás, meh.

Total, para un polvo y un finde de feria, más que suficiente.

Me cojo mi coche todo feliz y allí que me voy (ahí mi padre se cabreó conmigo por irme así de raro y soltó su mítica frase de «no quiero que me llenes el coche de tías», pero eso es otra historia)

Llego al lugar donde hemos quedado.

Paso con el coche por la puerta pero solo hay una gorda allí. Pienso «no habrá llegado aún».

Aparco unos metros más adelante.

La llamo.

LA GORDA COGE EL MÓVIL.

PERO MAZO DE GORDA. GIGANTE. MEDIO CHEPA. SOCORRISTA DE QUÉ EH. SOCORRISTA DE QUÉ. MALDITA ZORRA.

Seguro que era socorrista porque se tiraba en bomba a la piscina y la vaciaba en caso de emergencia.

Me cago en la puta, que yastamos con los líos.  Pienso totalmente en huir, estaba a tiempísimo.

Pero no.

Me ve.

Viene.

Mierda.

Bueno, son las putas ocho de la tarde, la saludo tomamos algo y yo qué sé, me voy sola y ya está.

No me preguntéis por qué, pero acabamos tomando unas cervezas en su casa y pidiendo comida china y tal. La tía maja, pero gorda y fea como ella sola. En serio, yo soy fea, pero esa tía era mu fea, dientes raros y todo… UF. Y ENORME LA CABRONA.

Al final vamos a la feria. Yo me encuentro con chicas de Madrid (insertar aquí muchos iconos de gitana de guasap)

Y claro, la gorda pasando de ella y yo zorreando moco con todo dios. En un momento dado, la tía viene, y me coge como si fuera yo un muñeco (ella era MUY grande) y me intenta comer la boca, yo hice una súper cobra doble mortal con tirabuzón hacia atrás. Y la tía súper pesada. Agobiándome mazo.

Al final a estas pibas les cuento la situación y me ayudan a huir, pero claro, mi coche y mis cosas estaban en casa de la gorda. Por la mañana me la encuentro vagando por el ferial y le digo que nos hemos perdido «jaja» y yo liándome con otra, pero bueno.

La cosa es que yo estaba muy pedo para irme con el coche a ningún sitio, así que me dijo, ven a casa, duermes un rato y luego te puedes ir.

No sé en qué momento me pareció buena idea, pero fui. VAYA QUE SI FUI.

Me saca una cama nido de estas que la gente guarda con las sábanas llenas de mierda puestas durante muchísimo tiempo.

CON UNAS SÁBANAS DE ANIMALITOS.

Y ella arriba acariciándome la cabeza.

Y YO CON LOS OJOS COMO LOS BÚHOS Y EL 112 MARCADO EN EL MÓVIL SOLO PARA DARLE A LA TECLA DE LLAMADA.

Me estoy quedando dormida y la tía se bajó a mi cama.

La eché.

Educadamente, pero la eché.

Me sigue acariciando la cabecita.

Pensé en que harían «Misery 2 » inspirándose en esa situación cuando saliera mi historia en Espejo Público.

Me vuelvo a quedar sopa y me despierto de repente con la piba espatarrada encima de mí. ESPATARRADA Y RESTREGÁNDOSE.

Los animalitos de las sábanas lloraban.

Pensaba en Pamela corriendo por la playa. Pero del miedo.

Acabé durmiendo en el coche a las 11 de la mañana en una puta gasolinera apestando a rebujito.

Y así fue como fui Mitch Bucanan por un día.

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